Let all the Red Go Capítulo 2

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-¿Necesitas ayuda con eso?- preguntó Jane con amabilidad al ver que Lisbon se disponía a limpiar la mesa rápidamente. Ella dudó por unos instantes en si debía aceptar su oferta o no. Todo estaba marchando bien, demasiado de hecho y eso era precisamente lo que le inquietaba. La cena que acababan de compartir no tenía mucha diferencia con tantas otras celebradas con el equipo después de cerrar un caso: charla trivial, una que otra broma y pelearse por el último trozo de pollo agridulce. Nada fuera de lo común de no ser porque esta vez eran sólo los dos en su departamento. Por un momento Lisbon lamentó la decisión de haberlo dejado quedarse. Esta podía ser la experiencia más incómoda y estresante de toda su vida, pero gracias a las sutiles manipulaciones de Jane o simple suerte, ese definitivamente no había sido el caso. La velada había sido más que agradable, los dos disfrutando la compañía del otro como viejos amigos de toda la vida…No obstante, eso era precisamente lo que le molestaba, era obvio que tendría que marcharse en cuestión de minutos (ya pasaban las 4 de la mañana y al otro día tenían trabajo) pero aún no podía ver la razón de su visita. Si esto era otra jugarreta, tendría que llevarla a cabo de un momento a otro y la verdad es que no quería estar cerca de él para ese entonces…

-no, gracias- respondió finalmente sin mirarlo y llevándose las cajas vacías y todo lo demás a la cocina. Era una cobarde y ahora pagaba las consecuencias. Había preferido dejar pasar a la tranquilidad de su hogar a un problema en potencia con tal de no llamar a su hermano ¿Cuán patética había llegado a ser?

Sin embargo, una débil sonrisa atravesó sus labios mientras vaciaba las sobras en un plato y escuchaba la TV encendiéndose en la sala. Bueno, quizás había estado equivocada y en realidad había venido a pedirle disculpas. Era orgulloso, eso lo sabía bien. Él jamás reconocería que se había equivocado o extralimitado pero, aunque intentara negarlo, en algún lugar de aquella extraña e incomprensible menta había un atisbo de conciencia que podía haberlo incentivado arreglar las cosas a su manera y…Bueno, si ese era el caso, ella no podía hacer nada al respecto. Quizás por una sola vez desde que lo conocía ella pudiese sacar provecho de todo esto…

-alguien está escondiendo algo- escuchó tararear tras suyo. Dio un brinco casi dejando caer lo platos en el fregadero.

-¡Jane!- exclamó recobrando el aliento y molesta al notar su sonrisa típica engreída en sus labios ¿Acaso fastidiarla era su nuevo pasatiempo favorito?-¿Qué demonios haces?

-ayudándote a pesar de que me dijiste que no lo hiciera ¿No es obvio? – dijo doblándose las mangas de la camisa y buscando de un lado a otro algo para hacer

Ella lo fulminó con desconfianza. Algo estaba tramando, pero lejos de dar cuenta de su turbación decidió hacer como si nada, puso los ojos en blanco y le lanzo una toalla para que comenzase a secar lo que ella lavase. Si tenía ánimos de tontear también podía tener ánimos de ser útil. Además, si seguía evitándolo sólo haría ponerse más y más en evidencia…

Para su fortuna, los dos se dedicaron a su labor en completo silencio y sin mirarse a menos que fuese necesario. Él no parecía tener problemas con ello, de hecho, parecía disfrutar la oportunidad de hacer algo tan hogareño como lavar los platos, pero Lisbon no podía dejar de sentirse nerviosa ¿A qué se refería con que estaba ocultando algo? ¿Lo había dicho sólo para importunarla o acaso él…? ¡No! Era imposible y lo sabía bien. Jane era muchas cosas pero no un adivino. No había manera de que él supiese lo que estaba haciendo- o había intentado hacer- antes de que llegase.

De pronto escuchó su teléfono sonar desde la sala, específicamente desde los cojines donde lo había dejado. Miró de reojo a Jane pensando enseguida que esto era obra de él. Quería descubrirla cayendo en su propia trampa. Estaba segura. Sin embargo, él seguía en lo suyo divertido como niño pequeño que mamá dejó ayudar en los labores. No había forma de que él fuese quien la estaba llamando.

-¿es tu teléfono?- preguntó extrañado después de un rato y dejando de secar por unos momentos.

-eso creo…-respondió quitándole importancia. No quería que la viese sacar el aparato desde donde estaba porque sabía que eso acarrearía sólo preguntas y una buena cuota de ridículo para ella. Revisaría quien la llamaba cuando él se marchase…

-¿estás bien?

-¿por qué no habría de estarlo?

-bueno…Generalmente cuando llama el A.G corres a contestar…

-no sabes si es el A.G- respondió distraída.

-es verdad… ¿Pero y si lo fuese? -bromeó- Creo que no estaría muy feliz de que lo hubieses dejado en espera…

Lisbon dejó de fregar súbitamente. Tenía razón…

-¡maldición!-dijo dejando todo de lado y corriendo a la sala. No podía darse el lujo de no contestar. Ella era la jefa de su equipo. Si había un caso ¿A quién más podría contactar?

Sin ninguna clase de tapujo o importarle que Jane la mirase extrañado desde la puerta de la cocina, comenzó a rebuscar entre los cojines. Encontró primero la libreta la cual dejo de lado y más tarde el teléfono.

-Lisbon…-contestó algo agitada. Esperó unos segundos, pero nadie hablaba desde el otro lado de la línea. Revisó extrañada la pantalla. No había llamada alguna. Todo el tiempo había sido la alarma que había sonado como tal

-presentía que ocultabas algo…

Lisbon sintió como las mejillas se le inyectaban de sangre y levantó la mirada lentamente. Jane tenía la misma expresión de triunfo al ver que uno de sus jueguitos mentales se desarrollaba con precisión ante él...

Autor : by PetitJ (AgenteJ)


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